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miércoles, 27 de abril de 2016

La Carta

Cierto día mientras regaba unas plantas, mire una escena que me conmovió al borde del llanto. Era un anciano corriendo lleno de alegría, que atrajo mi atención. Al mirar unos metros adelante de este hombre mayor, vi que se acercaba una señora con una bella niña en sus brazos. Llegando hacia ellas, el cargo a la niña en sus brazos y la empezó a llenar de cariño. Me quede atónito ante aquella escena, que parecía transcurrir lentamente.
Tal escena me llevo a comparar ese despliegue de amor y ternura, al amor y ternura de Dios hacia nosotros y si ese amor puede tener un hombre, que mayormente Dios puede tener un amor tan verdadero y tierno hacia sus hijos.

También me hizo recordar que un amoroso Padre, les dejo a sus hijos la mayor carta de amor que haya existido: La Biblia. Y tu ¿ya la leíste?

lunes, 7 de marzo de 2016

La religión agradable a Dios


Cierto día, al caminar por la calle, mire a un señor en silla de ruedas. El quería cruzar la calle, aún con tan abundante trafico y aunque había mucha gente, nadie lo ayudaba. Siendo sincero, yo al verlo esperé a que alguien mas lo ayudara (malamente) pues anteriormente al intentar yo ayudar, muchas veces se ofendían o sentían mal.

Dios me movía a ayudarlo; entonces lleno de valor, fui y le pregunté (con la mayor humildad y respeto que pudiera) al señor si necesitaba ayuda, volteo y me sonrió y me dijo: no, ¡muchas gracias! Al volver a mi camino comencé a sentir muy fuerte la presencia de Dios y al borde de las lagrimas un pensamiento llegó a mi mente: La religión pura y sin mancha es visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, o sea ayudar al necesitado. Me di cuenta que esa era la religión que debemos practicar, misericordia quiero dice el Señor (Mateo 9:13). El ser misericordiosos y compasivo, eso nos liga con Dios.


La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo.

Santiago 1:27